
¿Qué es la poda de árboles?
La poda es la tala selectiva de las partes del árbol que alberga un propósito definido. Normalmente se podan las ramas y las raíces, pero hay otras prácticas parecidas en hojas, flores y frutos, para mejorar la producción en los frutales, que también se denomina podar.
Hay que tomar en cuenta que cualquier persona que interviene el arbolado, sea persona física, moral de carácter público o privado, e inclusive autoridades, se encuentre debidamente acreditada por la SEDEMA, para lo cual debe contar con el documento correspondiente vigente, requerido tanto para la ejecución como para la supervisión de los trabajos de poda, derribo y trasplante de árboles. La intervención del arbolado en la Ciudad de México está regulado por la Norma Ambiental para la CNADF-001-RNAT-2015, y para el estado de méx. NTEA-018-SEMAGEM-RS-2017. que establece los requisitos y especificaciones técnicas que deberán cumplir las personas físicas, morales de carácter público o privado, autoridades, y en general todos aquellos que realicen poda, derribo, trasplante y restitución de árboles en CDMX Y EDO DE MEX RESPECTIVAMENTE.
¿Cuáles son los 4 tipos de podas más frecuentes?
- Poda de formación.
La poda de formación define la forma o estructura de la planta de acuerdo con el sistema de conducción elegido, lo que junto con la elección de la densidad de plantación del monte frutal permite captar eficientemente la energía solar para asegurar la máxima producción y calidad de frutos. - Poda de mantenimiento.
La poda de mantenimiento, que así se llama la que se realiza en entornos urbanos, puede ser para podar ramas muertas o rotas, para eliminar chupones o renuevos o para suprimir ramas estructurales mal dispuestas que perjudican su crecimiento - Poda de limpieza.
Consiste en cortar las ramas enfermas, ramas secas por diversos motivos (ataque de plagas o enfermedades, heladas o sequías) y ramas que han producido poco en la campaña anterior. - Poda de seguridad.
Consiste en la eliminación selectiva de ramas para conseguir los objetivos siguientes: Evitar los peligros causados por situaciones evidentes de riesgo, identificables de manera visible en el árbol.
Poda de raíces
La poda de raíces se llevará a cabo únicamente en árboles que causan afectación o daño grave y comprobable a bienes inmuebles e infraestructura. Se debe considerar la poda de raíces únicamente en los casos que afecten infraestructura subterránea como cisternas, tuberías de agua, drenaje, gas, líneas de energía eléctrica y telefonía. La poda consistirá en la eliminación parcial de raíces, con el objeto de corregir o disminuir en lo posible el daño que ocasionan a la guarnición.
Es importante tener en cuenta que al realizar la poda de raíces puede ocasionarse la pérdida de la capacidad de sujeción del árbol en el suelo, obteniendo como resultado un árbol con riesgo de caída. Se debe tomar en cuenta que alrededor del 80% de las raíces de los árboles se desarrolla en los primeros 30 centímetros de suelo, y la raíz puede extenderse hasta cuatro veces el ancho de la copa.
Nunca deben podarse raíces principales; no se debe cortar las raíces a ras del tronco; el corte debe hacerse lo más cercano posible al área o elemento físico afectado, utilizando la herramienta de corte esterilizada, y dejando una superficie lisa, sin bordes estropeados ni corteza rasgada.
Las raíces son la estructura fundamental de anclaje en el suelo que mantiene estable y en pie un árbol, motivo por el cual en cualquier poda de raíces debe prepararse un dictamen técnico que determine su viabilidad. Invariablemente, el dictamen será elaborado por un especialista acreditado por la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA).